domingo, 12 de diciembre de 2010

De verdad, esta chica no piensa llegar nunca

Y eso fue lo que todo el grupo pensaba el primer día de rodaje, al ver que nuestra querida protagonista se retrasaba una hora de la acordada. La conversación desvariaba por segundos y empezábamos a preocuparnos seriamente porque Berta fuera a dormirse apoyada en cualquiera de las columnas.


¡Pero no! por fin se digna a aparecer nuestra particular Amanda, así que procedemos a la búsqueda de una clase para rodar la escena de la universidad. Muy amablemente nos acercamos a preguntar qué clases hay abiertas... y muy amablemente también nos respondieron que estaban todas cerradas por ser tan tarde, y que aquel era el único día que las cerraban.


¡Pero no! De pronto se nos aparece Dios, la virgen y todo su séquito en forma de una sala de informática, vacía y perfecta para grabar. Comenzamos a rodar con ilusión y buenas intenciones, pensando que ya estaba todo solucionado.


¡Pero no! Las mesas, con poco espacio entre ellas no nos permitían captar toda la escena y constantemente los personajes salían de la pantalla. Tras media hora probando a subirnos a mesas, sillas y todo lo que había por allí, y con la pobre Berta dolorida por sus numerosas caídas, creíamos que ya no había manera.


¡Pero no! Porque todo se soluciona de una manera: ¡tirándose al suelo!

Continúa el rodaje, y tras varias amenazas de echarnos de la sala por la hora, aplazamos el resto del rodaje al día siguiente por la mañana.


Llega el siguiente gran día, y cómo no, nuestra querida protagonista se encuentra mal y no puede asistir (obsérvese que los aires de diva ya comienzan a florecer en los primeros proyectos... todo esto dicho desde el cariño, desde luego). Se aplaza pues el rodaje y, tras haber terminado con los interiores de la habitación, comienza la nueva misión imposible: reclutar extras.



Finalmente, con cuatro extras (dos de los cuales formaban ya parte del equipo; viva el ahorro en recursos) se graba la promo, y a ritmo de Queen, os la dejamos para que os quedéis con ganas de más.




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